La historia de parto
Lucas se estaba haciendo de rogar. Ya pasaba la semana 41 y empezó a sonar la palabra inducción... No me hacía ninguna gracia, pero me mantuve tranquila y seguía con el curso de las actividades en las que estaba apuntada. De hecho, el día que cumplí la semana 41 asistí a mi clase de Pilates prenatal. Ahí trabajamos ejercicios de apertura del suelo pélvico y yo le decía a la monitora que me abriese del todo jeje. Tenía ganas de dar la bienvenida a mi bebé, pero, por otro lado, me daba penita terminar el embarazo :-(
Gracias al curso de Hipnoparto tuve un embarazo tranquilo y fui configurando mi caja de herramientas para estar preparada para el día del parto. El 11 de mayo (41+1) expulsé el tapón mucoso, pero no se desencadenó nada. Al día siguiente seguí expulsando y empezaron las olas... Al principio, eran suaves y fueron ganando en intensidad. Ahí es cuando decidí usar la máquina TENS. Fui con ella puesta al hospital y me ayudó muchísimo hasta llegar a 8 cm. Ahí las olas empezaron a ser molestas y decidí ponerme epidural (pedí menos dosis para no perder las sensaciones). Así fue, porque seguía sintiendo las olas y supe controlar la situación.
Pasó un rato y la bolsa, todavía intacta, no me permitía llegar a dilatación completa. Al romperse y adoptar una postura de medio lado todo se aceleró y le ayudó a encajarse al bebé. Empecé a sentir unas ganas terribles de empujar y efectivamente la hora del expulsivo había llegado. Todo fue genial y di a luz a mi bebé en un ambiente íntimo y tranquilo, con una iluminación tenue en la sala de dilatación (ni siquiera en el paritorio, tal y como pedí en mi plan de parto). Yo misma saqué a Lucas y lo puse en mi pecho. Este momento me empoderó y fue maravilloso.
Por fin conocí a mi segundo bebé la madrugada del 13 de mayo de 2022.
Muchas gracias Paula por todos los recursos: respiraciones, meditaciones, música relajante, visualizaciones, BRAINS... Toda esta caja de herramientas de la que saqué partido y me ayudó a vivir un embarazo y parto en calma.
Gracias por hacer de ello una experiencia brutal.